El Museo Van Gogh en Amsterdam

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En nuestra visita a Amsterdam, uno de los lugares imperdibles que nos habíamos anotado previo al viaje, era visitar el Museo Van Gogh. Ubicado en la famosa Museumplein (Plaza de los Museos), el Museo está ubicado junto al Museo Stedelijk (o Museo de Arte Moderno) y a pocos metros del Rijksmuseum (Museo Nacional de Amsterdam), en una de las zonas que mas gente atrae a la hora de visitar la ciudad.

Museo Van Gogh, Museumplein, AmsterdamEl Museo Van Gogh en Musuemplein

Para llegar allí tomamos el tranvía desde el Hotel, tanto la línea 2 como la línea 5 son buenas opciones para bajarse en la Museumplein, y de allí son solo un par de pasos para acercarse al Museo. Al momento de llegar, es obvio darse cuenta donde es la entrada teniendo en cuenta las largas colas que se suelen generar. Es posible comprar las entradas de manera anticipada a través de la página web (la web está en castellano aunque al momento de comprar la entrada deriva a una página en inglés), donde se informa que de esta manera será posible evitar las filas (ingresando en el día y horario seleccionado), aunque ojo! esto no aplica para quienes compran la I Amsterdam Card, como fue nuestro caso. Es decir que con dicha tarjeta no es posible ingresar directamente sino que si o si hay que obtener las entradas sin costo por la boletería, lo cual es un punto importante en contra ya que si bien hay lugares separados entre quienes compran la entrada en el momento y quienes tienen tarjetas de beneficios o descuentos como la I Amsterdam Card, personal de museo irá asignando quien pasa de ambas filas a medida que se liberen espacios en la boletería. Esto es un problema, ya que muchos otros lugares permiten ingresar escaneando la tarjeta de beneficios, pero aquí inevitablemente uno terminará esperando para entrar al Museo (en nuestro caso una media hora aproximadamente, con aguanieve en un momento ya que el día no ayudaba demasiado tampoco ), ya que en muchos casos hacen pasar más seguido a la gente que no tiene ticket para ir reduciendo la larga cola que se genera en esa fila.

Museo Van Gogh, Ala de exposiciones, MuseumpleinEl Museo junto a la nueva Ala de Exposiciones

El Museo en sí consta de dos alas, el ala original y luego un ala de exposiciones que fue construida posteriormente, estando ambas conectadas bajo el nivel del suelo. Ya dentro del Museo, bajamos por las escaleras para desembocar en el amplio hall de distribución, donde allí podemos dirigirnos o bien a la muestra permanente del Museo, o bien al sector de exposiciones temporales. En nuestro caso tuvimos la suerte de ver la muestra “Munch : Van Gogh”, donde según la página del Museo, se hizo el foco en los paralelismos entre estos dos enormes artistas, donde sus visiones tanto en la vida como en el arte estaban muy relacionadas, siendo sus trabajos intensos, llenos de color, expresivos y radicales. Y es cierto, la muestra era brillante realmente e iba trazando paralelismos entre ambos maestros de la pintura. Tuvimos la suerte de enterarnos de esta muestra antes del viaje y lo primero que buscamos conocer era si la famosa obra de Munch, “El Grito”, iba a estar ahí. Y sí lo estaba!. Que poder decir al respecto, obviamente la aglomeración de gente frente al cuadro marcaba el lugar donde estaba unas de las cuatro copias de esta famosísima obra, prestada para la muestra por la Galería Nacional de Oslo. Coty estaba con la emoción a flor de piel de poder ver una de sus obras favoritas, y yo por supuesto que no pude más que quedarme un rato largo (o el rato que el malón de gente permitía) frente a ese trozo de historia artística que colgaba frente a nosotros, mirándonos, y pareciendo estar derritiéndose en ese grito desesperado lleno de angustia que busca representar.

También había muchas otras obras famosas por supuesto, inclusive hubo préstamos de otras galerías de arte no solo de obras de Munch, sino también del mismísimo Van Gogh, por ejemplo “La Noche sobre el Rodano” traída desde el Museo de Orsay en Paris. Unas a otras las obras de ambos se iban intercalando trazando una historia, mostrando similitudes, de qué manera trataban temáticas en común, con una buen aporte de datos a lo largo de la muestra para ir familiarizándose con lo que se estaba disfrutando.
Acá dejo un video con la presentación de la muestra, que para quienes tuvimos la suerte de recorrerla, se trató seguramente de un lujo muy difícil de poder repetir.


Respecto a la muestra permanente del Museo Van Gogh, la misma está distribuida en 3 plantas, donde hay un avance cronológico respecto a la forma en la que están dispuestas las obras. Ahí podemos encontrar varias de sus obras maestras, como “Los comedores de patatas” (donde representaba por un lado la dura realidad de la vida campestre, pero a su vez la honestidad en un momento íntimo de la familia, mostrándola unida en la mesa, comiendo juntos lo que obtuvieron luego del arduo trabajo diario en la tierra), varios de sus autorretratos, “Los girasoles”, “Almendro en flor” (obra que originalmente fue un regalo para su hermano Theo, donde muestra una fuerte influencia japonesa), “La habitación de Arles” (una de las tres copias de la muy famosa obra, las otras están en el Museo de Orsay de París, y en el Instituto de Arte de Chicago) y “La casa amarilla” (donde representa la casa de la Plaza Lamartine de Arles, donde pasara tiempos felices pintando e invitando a sus amigos a quedarse y a compartir sus experiencias y trabajos artísticos), entre muchas otras.

Dato de color: Hace poco salió una nota en donde se informaba que era posible hospedarse en la réplica de la habitación de Arles, a través de la página de Airbnb, donde el Instituto de Arte de Chicago, logró a través de una excelente representación, poder replicar el cuadro en la vida real. Realmente excelente. Acá el link con la nota http://www.huffingtonpost.es/2016/02/11/recreacion-habitacion-vangh_n_9208396.html

El museo está muy bien organizado, es muy moderno en lo que refiere a las instalaciones, la distribución y los espacios para poder disfrutar las obras son muy buenos en general. En otros sectores encontraremos una parte extensa dedicada a la correspondencia que Vincent mantuvo casi en forma permanente con su hermano Theo, la inspiración que Vincent significó para muchos otros artistas con varias de sus obras aquí presentes haciendo alusión a eso, también un sector dedicado a la genealogía de la familia Van Gogh, la influencia oriental en una época importante de su vida, la importancia de sus amigos en su vida y en sus obras (así como la tormentosa relación con Paul Gaugin que derivaría luego en variadas versiones respecto a cómo Vincent terminó con una oreja menos), los últimos años y varios de sus dibujos, y muchas más cosas interesantes que uno podrá ir descubriendo a lo largo del recorrido. En nuestro caso lo recorrimos con dedicación y tomándonos el tiempo, la verdad mínimo es necesario entre 2 y 3 horas para visitar tanto la muestra permanente como la nueva ala de exposiciones, nosotros nos terminamos yendo al cierre del museo y bien que valió la pena el recorrido.

Una vez finalizada la visita es posible recorren la tienda del museo, que es grande y tiene varios libros muy interesantes sobre la vida del artista y que no son libros que uno pueda encontrar en cualquier librería, por eso vale la pena recorrer un poco y llevarse algo para indagar más en los trabajos de Vincent cuando ya estemos en casa. Además de eso está el típico sector de gift-shop y hasta será posible conseguir copias de las obras más famosas para colgar en algún lindo lugar que elijamos. Generalmente la tienda suele cerrar entre media hora hasta una hora más tarde que el horario del museo, para darle tiempo a la gente y que nadie se vaya del museo sin su bolsita 

Pista de patinaje sobre hielo en la Museumplein (con el Puente de Langlois al fondo, buen detalle!)Pista de patinaje sobre hielo en la Museumplein (con el Puente de Langlois al fondo, buen detalle!)

Posando con el cartel de Amsterdam en la Museumplein, con el Rijksmuseum al fondoPosando con el cartel de Amsterdam en la Museumplein, con el Rijksmuseum al fondo

Ya una vez afuera, pudimos recorrer la Museumplein y sacar la típica foto con el cartel de I  Amsterdam, en la época que estuvimos habían armado una gran pista de patinaje lo cual hacía mucho más lindo el aspecto a la enorme plaza, antes de irnos pasamos también por la tienda del Museo Stedelijk que tenía también algunos libros muy interesantes de arte para poder hojear. Después de todo esto, emprendimos lentamente el regreso al hotel, disfrutando de las calles de Amsterdam y recorriendo en nuestras cabezas todo lo vivido durante el día en el fabuloso Museo Van Gogh. Hasta la próxima!.

Luc