Tomando el té en el Llao Llao

Uno de los planes que habíamos previsto estando en Bariloche era merendar en el Hotel Llao Llao en su ya célebre “Afternoon Tea”. Y vaya si es célebre!…

Como el día que llegamos estaba el clima un poco feo como para pasear, decidimos llamar al Hotel para reservar un lugar, ahí nos informaron las opciones respecto a la merienda, el valor y confirmamos posteriormente el horario (tip: se recomienda siempre reservar antes de concurrir).

A la hora indicada fuimos con el auto hacia el Hotel, ya de a poco cayendo la tarde y con el clima un poco lluvioso, pero ideal para llenar la panza de cosas ricas.

El camino del centro de Bariloche hasta el hotel es de ensueño, siguiendo un típica ruta sinuosa de montaña, con el color azul del lago Nahuel Huapi que nos iba acompañando gran parte del trayecto a nuestra derecha, y de yapa nos fuimos cruzando con todos los tipos de tonos rojizos, verdes y ocres que uno podía imaginar en los árboles; el otoño nos había recibido con todo.
Llegando al km. 25 el paisaje de repente se abre y aparece la increíble postal que es ver al Hotel sobre la lomada a lo lejos, con el Cerro Lopez a sus espaldas.

Después de dejar el auto en el estacionamiento exterior nos dirigimos al lobby, detrás del cual está el “Lobby Bar” donde se suelen servir bebidas y snacks (y punto de encuentro para celebrar los “Happy Hours” donde se ofrece una bebida de cortesía) y luego del Bar, el magnífico ‘Winter Garden’, un espacio fabuloso, con unos ventanales enormes que dan una vista inolvidable al parque del Hotel y al fondo el Lago Nahual Huapi y Puerto Pañuelo.

La hermosa vista desde donde estábamos sentados con el Nahuel Huapi al fondo

Las veces anteriores que había estado en el Hotel no tuve la chance de merendar en este lugar, así que iba a ser nuestra primera vez para probar las delicias que se sirven, y puedo asegurar la experiencia es única.

Nos ubicaron en una mesa junto al ventanal, cómodos sillones y espacio suficiente para poder relajarse y disfrutar de la comida y las bebidas. Ahí nos explicaron en detalle cómo era el sistema: dos bebidas calientes por persona con la posibilidad de elegir entre té en hebras, café o chocolate caliente. Yo elegí el blend “Llao Llao” hecho por Inés Berton para el Hotel (muy rica elección con tetera individual) y Coty pidió un café con leche. Después en lo que respecta a la comida, el plan contempla la posibilidad de servirse las veces que uno quiera (o hasta que el pantalón aguante ) las diferentes y exquisitas opciones dulces y saladas de la mesa buffet en el centro del salón. También había jugos naturales y agua en otra mesa para servirse libremente para complementar todo el menú.

La mesa central con delicias para todos los gustos

Una vez que nos trajeron las bebidas nos paramos para investigar la mesa buffet de cerca y empezar a deleitarnos con las tortas y los minisandwiches que se ofrecen. Ahí una muy servicial moza nos explico en detalle cuales eran las diferentes alternativas para comer servidas en la mesa, respondiendo pacientemente frente a cada “y esto que es?” o “que tiene esto?” que consultábamos de nuestra parte, por supuesto queríamos sacarnos todas las dudas . A su vez ella era la encargada de servir lo que cada uno de nosotros elegía al momento de ir a la mesa central siempre de manera muy servicial y atenta.

Es imposible no querer probar todo!

En lo que respecta a opciones saladas se ofrecían minibagels de salmón y ciboulette, panes de sésamo con jamón crudo y brie, y pan brioche de jamón cocido y queso. En las opciones dulces había mucha variedad, por ejemplo macarones, cheesecakes, arrolados de dulce de leche y chocolate, minitortas de chocolate con ganache y dulce de batata, tarteleta de chocolate amargo con tope de maracuya, bastones de chocolate en rama, lemon pie, budines, strudel de manzana, profiteroles y varias opciones más.

Algunas de las opciones, con tortitas y sandwiches

El servicio se sirve entre las 16.30 hs y las 19.30 hs. Nosotros nos quedamos hasta el cierre, no solo deleitándonos con todas las delicias que ofrecen, sino también disfrutando de la paz que se respira en ese lugar, es otro mundo, donde uno puede perderse horas mirando y adorando ese increíble paisaje patagónico.

Minitorta de frutos rojos y choco + tarteleta de choco amargo y maracuya

Porción de torta de choco con ganache y dulce de batata

Iba cayendo de a poco la tarde y no nos queríamos ir 

Una vez finalizado el servicio, nos ofrecieron como cortesía una copa de champagne para cada uno, redondeando una tarde excelente, no podemos decir que no la pasamos de 10.

Una vez que dejamos el “Winter Garden”, empezamos a recorrer el Hotel disfrutando esta joya arquitectónica de Alejandro Bustillo del año 1940, el Lobby Bar con sus cómodos sillones, la chimenea y el piano; el pintoresco Lobby del Hotel con su colección de fotos antiguas y los dos perros de bronce que adornan el ingreso, el interminable pasillo central, la sala de lectura, el salón Llao Llao con sus enormes ventanales donde se sirve siempre el desayuno, y demás lugares. Cada rincón del Hotel deslumbra y no deja dudas del porqué este Hotel simplemente enamora.

El Winter garden ya sin el servicio de té presentado

Pasillo central del Llao Llao

La sala de lectura, cada ambiente del Hotel invita a quedarse un largo rato disfrutando del lugar

El impresionante Salón Llao Llao, donde por las mañanas se sirve el desayuno y se realizan eventos especiales

Otra foto de la sala de lectura

No podía falta la típica foto con los perritos de bronce del Lobby 

Aprovechamos para sacarnos algunas fotos más ya fuera del Hotel y emprender de a poco el viaje de vuelta al centro de Bariloche, con la panza y el corazón más que contentos y con las ganas de volver, esperemos, muy muy pronto.

2 Responses

  1. Constanza

    Super Cool ! una experiencia única, vale la pena poder darse este lujo en este Hotel tan emblemático de Argentina. Ahora apuesto por repetir ! podría ser una nueva tradición , no? Muy buen post ! Besitos , muaaaa !!!!!